20 de diciembre de 2009

Muramasa

Muramasa
A ver si enderezo un poco el blog antes de que acabe el año, aprovechando que últimamente he tenido tiempo para jugar unos cuantos juegos interesantes.
Uno de ellos, el que me terminé ayer mismo, es este Muramasa: The Demon Blade, que se convirtió desde el mismo momento en el que lo anunciaron (TGS del 2008) en uno de mis juegos más esperados.
El mes pasado por fin salió en Europa, no sin cierta polémica por su mala, o incluso nula, distribución en muchos países, llegando al punto de tener que recurrir a la importación para adquirirlo por estar descatalogado, como ha sido mi caso.

Se trata de un nuevo beat'm-up plataformero en 2D desarrollado por Vanillaware, los creadores del Odín Sphere. Técnicamente anda muy bien, a la altura de lo que Wii puede ofrecer, y la jugabilidad queda bien resuelta con un control clásico, sin sensores de movimiento o similares, y si con el wiimote y el nunchuck no te resulta cómodo puedes optar por el mando de cube o el mando clásico, aunque a mi no me hicieron falta.

MomohimePero sin duda donde realmente destaca es en su faceta artística. Ambientado en el Japón feudal, tomando fragmentos de su mitología y completándolo con una serie de efectivas melodías y efectos sonoros, consigue que pases por alto casi todo el tiempo su mecánica un tanto repetitiva. A veces se echan de menos más cosas por hacer, más variedad en las situaciones, y unos diálogos un poco menos escasos.
Se pueden controlar a dos personajes, Momohime y Kisuke, cada uno con su historia particular, y aunque comparten el mismo mapeado y escenarios, sus mazmorras y jefes finales son únicos. Completando lo principal he alcanzado sobradamente las 20 horas de juego, pero quedarían para después una pocas sidequests que se desbloquean, y la tarea de obtener el total de 100 sables del juego, con los que poder ver los tres endings posibles de cada personaje, así que aun me gustaría exprimirlo un poco más.

En resumen, un juego muy bonito y totalmente recomendado.

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