Bueno, ya estoy con las tardes libres de nuevo. Conforme vaya retomando mis vicios volveréis a verme por aquí comentándolos, que no son pocos los juegos que tengo a medias o sin empezar.
Hoy me he terminado el Metroid II de Game Boy. Ya os comenté cuando el Super Metroid, que el 2 era el único que me faltaba por jugar de toda la saga y que un dia de éstos tendría que tirar de emulador. Al final no ha hecho falta, ya que lo pillé original (el cartucho suelto, eso sí) por eBay, tirado de precio.
Como su nombre indica, se trata de una secuela directa del Metroid original de NES, o tal vez no tan directa si tenemos en cuenta que la subserie Prime de GC/Wii/DS está situada cronológicamente entre éstos dos.
Tras vencer en el planeta Zebes al Mother Brain y a los Piratas Espaciales (nombre ochentero donde los haya xD), la Federación Galáctica (otro que tal xD) se propone exterminar a la especie de los Metroides porque representan una amenaza para la humanidad. Así, envían patrullas a su planeta, SR388, aunque se pierde la señal con todas ellas. Menos mal, porque si no no enviarían a Samus y nos hubiéramos quedado sin juego.
Lo que más destaca de esta entrega es que disponemos de un contador en pantalla, que en inicio marca 39, y que representa el número de Metroides en todas sus posibles mutaciones (cada vez más chungas) que nos quedan para lograr el exterminio. Un número muy bajo ahora que me fijo, teniendo en cuenta que lo que hace peligrosos a estos bichos es su gran capacidad de reproducción (por mitosis, como sabremos varias entregas después).
Con un mapeado bastante digno (aunque todavía sin mapa, como en el anterior), y con un arsenal un poco modesto (en el que destaca la aracnosfera, con la que nos agarraremos a cualquier superficie), nos pondremos a ello. Este capítulo también tiene una peculiaridad más, y es que el avance no lo determinarán las mejoras para el traje que vayamos adquiriendo, sino que conforme disminuya el contador de Metroides restantes, el nivel de lava o ácido que llena las muchas cuevas del planeta irá bajando para irnos adentrando más y más.
No es que sea muy largo, y técnicamente tampoco es la panacea, pero incorpora todos los elementos clave de la saga y me ha hecho ilusión ver en directo los sucesos a los que se hacen referencia posteriormente (todas las mutaciones posibles, la Reina Metroid, la cría superviviente, la primera aparición de la nave y de algunas mejoras del traje, etc).
Finalmente no he tenido que soportar los gráficos monocromo, ya que la Game Boy Advance, al igual que lo hacía el Super Game Boy, genera un coloreado básico de algunos elementos (los fondos fijos en tonos azules, y los personajes y enemigos -que se mueven-, en tonos rojos), lo cual he agradecido mucho. Por contra, y acostumbrado a la iluminación de la DS, la perenne oscuridad de la Advance original me ha obligado a usar un flexo junto a mi oreja para poder ver algo en la pantalla. Hubiera podido jugarlo en la tele con el Game Boy Player de la Cube, pero entonces tendría que padecer de nuevo la cruceta del mando de GC y con el Super Metroid ya quedé suficientemente dolorido.
Bueno, cuando hablo de mi saga predilecta se me suelta la lengua, como podéis ver. Menudo tocho me ha salido. Sin nuevas entregas en el horizonte (veremos si el E3 nos depara alguna grata sorpresa al respecto), de momento puedo decir haber jugado todos los Metroid hasta la fecha :).